"Prestarle al pobre es como prestarle a Dios. ¡Y Dios siempre paga sus deudas!"

-Proverbios 19:17

Blanca Esther Welchez Guerra Castejon

Fundadora Manos de Jesús

Acerca de Esther

Nacida en una familia cristiana en 1947 como Blanca Esther Welchez-Guerra, Esther vivió la mayor parte de su vida en Copán Ruinas, Copán, Honduras. Pasó gran parte de su tiempo cuando era niña en la clase de niños de su iglesia local de 1950 a 1957, y una vez mayor, comenzó a capacitarse para ser maestra en la Asamblea de Dios. Pronto se convirtió en superintendente de la escuela dominical, secretaria del Consejo Misionero Femenino y vicepresidenta de los Embajadores de Cristo. En 1966 fue llamada para ser maestra en una pequeña escuela del pueblo de Finca el Cisne, donde se mudó y conoció al que pronto sería su esposo, Ernesto Castejón.


La pareja se casó en mayo de 1968 y a los pocos años ya estaban completos con su familia de seis hijos: Ernesto II, Susie, Carlos, Marilú, Mario y María Esther. Hoy en día esa familia ha crecido cada vez más y Esther todavía vive en Finca el Cisne con Susie y su marido, Gregor, y su hija. Aunque el esposo de Esther, Ernesto, esta con el Señor en 2020, Esther todavía actúa en memoria de él y en honor de Jesucristo al continuar su misión y compartir el amor de Dios con quienes la rodean.

Historia del Ministerio

En 1966, Esther llegó a Finca El Cisne como maestra de escuela. A los 19 años inició su pasión por la evangelización y formó el primer grupo de cristianos de la zona. Ese mismo año inició una amistad y hermandad cristiana con el misionero Mario Fumero y con un hombre llamado Elder León, pastor de la iglesia de Dios en Nueva Armenia.


En ese tiempo Nueva Armenia fue la primera iglesia cristiana en Honduras. Esther comenzó a trabajar con pastores en las comunidades rurales, ayudándoles a mejorar sus vidas y los edificios de la iglesia. Mientras trabajaba con la Iglesia de Dios, comenzó a reparar las casas de pastores que vivían en extrema pobreza; y, después de pedir financiación y que le dijeran que no, la Iglesia de Dios la despidió después de 30 años de trabajo ministerial simplemente por construir casas para ministros.

Pidiendo ayuda e inspiración, Ester oró, rogando a Dios que la guiara. En ese momento nació el ministerio Manos de Jesús. Su misión de llevar la buena nueva de Cristo a los pueblos de Honduras continúa hoy, 25 años después.

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